jueves, 31 de diciembre de 2015

Mi gran noche


Título original                 Mi gran noche

Año                                2015

Duración                        100 minutos

País                                España

Director                         Álex de la Iglesia

Guión                           Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría

Música                          Joan Velent

Fotografía                     Ángel Amorós

Reparto                         Raphael, Mario Casa, Pepón Nieto, Blanca Suárez, Carlos Areces,

                                     Luís Calleja, Carmen Machi, Jaime Ordóñez, Santiago Segura,

                                     Enrique Villén, Hugo Silva, Carolina Bang, Terele Pávez, Carmen Ruíz,

                                     Marta guerras, Marte Castellote, Tomás Pozzi, Ana Polvorosa,

                                    Toni Acosta, Luís Fernández, Alberto Chaves.




“Mi gran noche”  es una película esperpéntica de una gala televisiva de fin de año. Es una visión personal del mamoneo que se puede producir en cualquier evento elevado a la máxima expresión de cachondeo y desmadre total.Está creada desde una óptica personal e inconfundible. Alex de la Iglesia, su director, ha filmado el tema en varias ocasiones.









En “Muertos de risa” las disputas para ser el mejor cómico de la función se las reparten entre dos humoristas, El Gran Wyoming y Santiago Segura. Estos pelean hasta la muerte por conseguir la ansiada fama después de pasar por los platós de televisión. Aquí mostraba la rivalidad entre dos cómicos emergentes desde la nada hasta su total destrucción. Su cine siempre repasa acontecimientos de la historia televisiva que marcaron al televidente. Resalta por ejemplo, el impacto que tuvo Uri Geler con sus cucharillas torcidas tan solo frotándolas con la yema de los dedos en el programa de Íñigo. En otras ocasiones los protagonistas se cruzan con hechos destacados de la transición como pudo ser el golpe a Carrero Blanco en la comedia destornillante "Balaba triste de trompeta". La popularidad en el medio visual no tiene fronteras. Ésta no se consigue por medios lícitos, siempre habrá que cargarse a un tío o por el contrario dar la propia vida por ello si fuera necesario. No importa que sea de una manera abrupta, imprevista como sucede en “La chispa de la vida” donde el personaje interpretado por José Mota cae por casualidad al vacío y se queda colgada su cabeza  de un clavo.   El espectáculo de las cámaras ante un suceso de primera magnitud no tarda en aparecer en las noticias. Al  tío nadie lo puede tocar porque la palmará.  El morbo de los periodistas ante el espectáculo macabra tiene resonancia. El protagonista, sin embargo, se siente halagado de ser el centro de atención. Por nada del mundo quiere que le descuelguen de allí, pero no es porque pierda la vida, de eso nada, porque automáticamente se quedará sin fama. Sus películas están tratadas con un enfoque de cómic, así, las carnicerías y descuartizamientos que realizan con sus personajes quedan como simples anécdotas para levantar la sonrisa del espectador. Por ejemplo en “El día de la bestia”  la madre de Santiago Segura en la ficción, Terele Pávez, salga disparada por la escalera por culpa de un perdigonazo disparado por el cura que busca el anticristo, el recién fallecido Álex Angulo. Estas escenas, pese a ser muy crudas, se ven con cierta gracia, porque el espectador sabe que está frente a unas escenas esperpénticas. Pasa lo mismo en “Crimen Ferfecto” cuando se descuartiza a un contrincante, siempre por una rivalidad salvaje como pasa en la vida misma, Guillermo Toledo, dependientes de unos grandes almacenes, a su oponente Luis Varela. Por no hablar de “Las brujas de Zugarramurdi” donde se cargan a todo bicho viviente que se acerca sobre sus dominios. El tema central de sus películas pasa por las obsesiones del ser humano por conseguir sus objetivos, que pueden ser de lo más variado por no decir loco, pero no por ello menos real siempre con una chispa macabra. Desde un cura que busca hacer el mal para que se le aparezca el anticristo, pasando por una comunidad de vecinos ( “La comunidad”)  de lo más variopinta enfrentada por una pasta encontrada en un piso; las guerras laborales en unos grandes almacenes por conseguir un cargo más elevado que su compañero, hasta la lucha a muerte por conseguir el amor de una tía como ocurre en “ Balada triste de trompeta”. La película que nos ocupa viene a ser el caos de unos personajes que van a su bola, que cada cual pretende conseguir sus objetivos, pero se tropezarán con oponentes que pretenden conseguir el mismo fin. Estos impedimentos se conseguirán aunque sea por medios violentos. Por ejemplo, Raphael quiere ser el divo de la actuación y ordena que su actuación será la primera del año en salir en televisión, de lo contrario se pira. Él no puede ser un segundón. Debe aparecer el primero tal y como su puesto ocupa en el mundo de la canción. De la misma manera que el primer anuncio siempre es el más caro y el mejor, y por supuesto, él no va a ser menos. Su camerino es galáctico y sus métodos para conseguir lo que quiere no siempre son amables, si le tiene que sacar un ojo a un contrincante pues se lo saca y ya está.. El mundo que nos muestra es caótico y artificial, aunque después en el enlatado del montaje resulte coherente. La trama se mueve por historias que son tantas como personajes se mueven en la película, cada uno mirará por sus intereses, aunque para ello tenga que matar o cepillarse a la tía que tiene al lado. El cine de Álex de la Iglesia está plagado de citas a un pasado casposo, pero que el actual, con más adelantos técnicos, no deja de ser igual. Los años pasan y el personal con trapicheos múltiple queda para siempre. El director quiere reírse del mamoneo de la farándula y si al mismo tiempo hace reía al prójimo, pues de buten.

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