lunes, 14 de marzo de 2016

I`ll See You in My Dreams

Título original I'll See You in My Dreams

Àño                    2015

Duración         95 minutos








País                Estados Unidos

Director          Brett Haley

Guión             Brett Haley, Marc Basch

Música           Keegan DeWitt

Fotografía      Rob C. Givens

Reparto         Blythe Danner, Martín Starr, Sam Elliott, Malin Akerman,

                        June Squibb, Rhea Perlman, Mary Kay Place,

                        Reid Scott, John Beasley, Max gail,

                       Mark Adair-Rios, Jocelyn Ayanna, Ashley Spillers,

                       Shoniqua Shandai, Patricia Belcher.    



"I'll See You in My Dreams" de Brett Haley se mantiene fija en la soledad de la vejez mientras laa cámara recorre los cuadros con fotos del recuerdo de la vida pasada. La protagonista, Blythe Danner, ( su nombre Carol te lleva a la Carol de Todd Haynes, pero poco tiene que ver con ésta quizá la sensualidad de la pose aburguesada de la protagonista) hace su presencia con una cierta apatía de la situación actual. Rodeada por una confortabilidad que muchos quisieran para sí una vez lleguen a su jubilación: casa unifamiliar, jardín, piscina. Sin embargo, la vejez no se lleva bien consigo misma ni siquiera en estas condiciones. Todo hay que decirlo, algo ayuda: la copita de vino, jugar a cartas con las amigas, al golf. Nunca se sabe qué es más putada si envejecer o morirte cuando ya has realizado aquello que querías hacer en vida. Para qué subsistir más es estás condiciones para que te visite tu hija de uvas a peras como una limosna, porque vivir pensando en el pasado no es un buen plan. La existencia no es otra cosa que una carrera en el tiempo, pero lo malo de ésta es que a veces ya has llegado a la meta y todavía sigues corriendo: esa es la gran putada que no te das cuenta de que tu tiempo ya se ha consumido y sigues ahí por si cae una limosna en forma de amor o de caridad. Esos momentos de la basura viviente se pasan con la sensación de que lo que venga te la suda.



El juego del amor no tiene límites en esos últimos coletazos, otra cosa es que el cuerpo no aguante un polvo de última hora y la palmes, pero si es por eso bien venido sea o acaso porque tengas las tetas pegadas al esternón ya no tienes derecho a tener placer sexual. No, no puede ser verdad que el amor a estas alturas dependa de que una polla gigante penetre en una caverna membranosa. Nadie es capaz de darse cuenta de que envejece y con ello se le va parte del encanto y el motivo de ocupar un espacio en un tiempo que ya no es el tuyo. Por lo menos la espera de que llegue un jamacuco se puede hacer más amena mientras se toma unas copitas de buen vino. Se promueven citas a ciegas para buscar una compañía para que en el momento final, en que la palmes, tengas alguien a tu lado a quien te puedas agarrar.Y te preguntas,¿merece la pena aguantar a un plomazo de tío para que te sujete antes de caer desplomada en el suelo de tu casa el último día de tu vida? Evidentemente que no, vete a saber si encima no lo tienes que sujetar tú. Mejor sola que acompañada de un coñazo de anciano que te dé la vara el resto de tus días. Sin embargo, si aparece un gentleman con pinta de vaquero millonario no hay que dejarlo escapar. Mientras que tú apuras las definitivas juergas en este mundo, las chismosas de turno de alrededor no dejan de merodear por tu casa y se mueren de envidia de ver que te follas a alguien a tu edad y ellas no. Hay una elipsis, la toma de viagra no es necesario filmarla, las sensaciones de felicidad en la cama son acojonantes cuando no se ha follado en varios lustros. Un buen polvo bien vale la pena una muerte digna. 

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