jueves, 17 de marzo de 2016

Salto al vacío



Título original   Salto al vacío

Año                   1995

Duración           88 minutos

País                   España

Director              Daniel Calparsoro

Música              Varios

Fotografía         Kiko de la Rica

Reparto            Najwa Nimri, Roberto Chalu, Alfredo Villa, 

                         Ion Gabella, Karra Elejalde, Kándido Uranga,

                         Saturnino García, Mariví Bilbao.     


Daniel Calparsoro le da un tono de thiller a sus películas a partir de la precariedad de los personajes que se mueven en un mundo miserable. Con esta película inicia una trayectoria de observación de los seres desprotegidos de la sociedad. Éstos aguantan el tipo debajo de su único  paraguas que depende de recluirse en su propio caparazón como auténticos bichos raros. El director remueve todos los resortes de esos desprotegidos sociales y les acerca el zoom de la cámara para mostrar su rabia y coraje de su situación extrema. Los protagonistas llevan en sus carnes las penalidades de la vida y lo aguantan como pueden, porque ese destino que van a pasar sus carnes nunca podrán huir de él. Están condenados, predestinados a sufrir las consecuencias de encontrarse en un lugar y una situación que ellos mismos nunca buscaron, pero que el entorno social los ha abocado a un callejón sin salida. Está rodeados de la  nada y no pueden confiar en nadie. El soporte que reciben de su familia, de sus colegas todavía les acarrea más al desastre en sus vidas. Las situaciones les queman, porque la camarilla de compañía les empuja a vérselas con la situaciones más cruda. Da igual que se encuentren en la ciudad como ocurre en posteriores películas (1) Asfalto, porque las compañías siguen siendo las mismas;  otras como( 2)"Guerreros" donde se metan en un tanque como cascos azules de paz en la guerra de los Balcanes, allí un guaperas como  Eduardo Noriega se las verá crudas con el sembrado de bombas en el suelo en espera de descuartizar cuerpos por los aires ; o que hayas tenido un pasado oscuro en la Guerra de Irak que no te deje vivir tranquilo como en(3) “Invasor”; o la última (4)“Cien años de perdón” que dejará con el culo al aire un entramado político de corrupción que en principio partía de un atraco y nada más. Los personajes están acorralados, no pueden salir de su situación y ante ese estado no queda otra salida que pelear hasta la muerte como el animal acorralado: arañar, morder, matar.






Salto al vacío” muestra la soledad de los protagonistas: unos colegas completamente desquiciados  por las drogas y el ambiente que les rodea y completamente desquiciados. Najwa Nimri se estrena en el mundo del cine con un personaje con aplomo con el sentido de saber que más allá de uno mismo no hay nada: si, solo el vacío. Los colegas se encuentran en la misma situación. Tampoco tiene que ser tan complicado reventarle los sesos a un madero que te ha visto y va a confesar contra ti, pues apretar el gatillo son unos segundos y no merece la pena discutir por ello. Las escenas transcurren en espacios cerrados con primeros planos de los caretos de mala leche de la peña y con diálogos  propios de la chusma de extrarradio marginal. La cámara se recrea para mostrar los espacios llenos de latas y basura y realiza un recorrido a los edificios que más bien parece unas localizaciones postnucleares de un Chernóbil nacional. Ese es el ambiente en que las ratas humanas se mueven con sus chanchullos de drogas. A cada disputa de quinqui asoma el cañón de una pistola que se frena en una frente. Exteriores de niebla y oscuridad donde en una esquina te puedes encontrar un yonki hecho polvo como Karra Elejalde que hace equilibrios con la muerte. El vacío les acompaña a los protagonistas, así, Nimri vive en su casa cutre con su madre, alcohólica y asqueada de la vida, y su padre que la emprende a puñetazos con un tío que le proponía juegos sucios en su propia casa, pero que nos recuerda a (5) Justino, un asesino de la tercera edad solo le falta el estoque del torero para descabellar al tío. La protagonista se acicala rodeada de un lavabo que apenas se puede ver en el espejo de la mierda que le rodea. Ese mundo que los envuelve  se siente se nota asfixiante , así la hija le promete unas vacaciones: este verano en la playa como los curritos de a pie, maletas en el portaequipajes y para la costa. Imágenes de violencia extrema entre los drogatas y ajuste de cuentas con el juego de la mano abierta: cinco dedos, cuatro, grito. La peña no aguanta lo más mínimo la bronca y la pistola es una prolongación de la mano. Todo es turbio en esa situación y rodeado de drogatas, yonkis chorizos solo le faltaba que el tío que se quiere follar no le chute el sexo, joder lo que le faltaba, ni siquiera se puede tener el lujo de un placer del propio cuerpo, ni siquiera eso, joder que suerte la suya. Eso que está al alcance me toca un impotente de mierda.

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