viernes, 6 de noviembre de 2015

Loreak







Título original
Loreak
Año
Duración
99 min.
País
España
Director José María Goenaga (AKA José Mari Goenaga), Jon Garaño, Aitor Arregi

Jo



Guión
José María Goenaga (AKA José Mari Goenaga), Jon Garaño, Aitor Arregi
Música
Pascal Gaigne
Fotografía
Javier Agirre
Reparto
Nagore Aranburu, Itziar Aizpuru, Itziar Ituño, Josean Bengoetxea, Ane Gabarain, Egoitz Lasa, Jox Berasategui, Gotzon Sánchez, José Ramón Soroiz.

https://www.youtube.com/watch?v=qYx7a5mxKMA




La película se inicia con imágenes que brotan de unas vidas corrientes. Parejas  que discurren por sus trabajos y sus hogares de manera cotidiana: la protagonista es administrativa en una empresa de construcción que mantiene una relación rutinaria con su pareja.Sin embargo, la aparición de un ramo de flores anónimo cada jueves puede cambiar esa rutina aburrida. Qué se le puede ocurrir así de pronto a una mujer que le regalen flores con asiduidad y que no tenga ni idea de quien es el remitente. Se abre una ventana de ilusión y de  la curiosidad en ese cuerpo apagado por averiguar quién está detrás de todo esto.









Ella, en su interior, quiere saber si ese hombre tierno que le corresponde con flores  hubiera podido ser un amante que le correspondiera más y mejor que su propio marido. En cambio, éste último también está deseoso de averiguar quién le está poniendo los cuernos. Se abre una intriga para los dos personajes porque el espectador pronto se lo hará saber el enfoque de la cámara. El ramo de flores parece que ha despertado del soponcio a ese matrimonio aburrida. Por otro lado, aparece en escena la relación de su anónimo pretendiente, el cual mantiene también una vida rutinaria. Los personajes crean un entramado oculto de vidas paralelas que tienen que ver poco con la realidad misma de sus propias vidas. Son los sueños y las pasiones irrealizables que campan por la imaginación, pero que con ellas se verán más identificados. Solo necesitan un pequeño detalle, como en este caso el ramo de flores, para lanzar la bola de nieve desde tu puño montaña abajo y que se haga gigante. La película habla de relaciones humanas enfrentadas, de vidas paralelas a las reales, de fantasía de la mente, de montarse películas ficticias en la cabeza y creérselas al mismo tiempo. Cuenta como el comportamiento del carácter humano puede ser huraño y esquivo con una persona y afable y bondadoso con otras, de las relaciones sentimentales rotas que vuelven a rebrotar por medio de ilusiones efímeras. En cierta manera, es la solución que encuentra el ser humano ante el drama de vivir la vida que uno no quiere para sí. El paso de los días, de los años pierde el valor frente a unas vidas desesperadas. Ante estos estados humanos, el hilo conductor lo encontramos en las flores, las cuales sirven tanto para albergar una esperanza de salir del bache conjugal y encontrar un nuevo amor que le devuelva la ilusión perdida como para ofrecerlas en el santo lugar que se produjo una muerte. Las cámaras muestran la contradicción de servir para acontecimientos tan diversos: uno para la alegría y otro para la nostalgia y el dolor. Vemos el mismo símbolo utilizado de diferente manera. Los directores vascos van abriendo ventanas por donde entra la tensión y la intriga por lo desconocido. Ese camino  que recorren los personajes  es para buscar nuevas relaciones. El humano necesita del contacto para sentirse vivo y las parejas, en muchos momentos, están alejadas de esa sensibilidad. El televisor como único medio de relación. El hermetismo es tenso e insostenible. Por eso, en cuanto aparece un resquicio de luz sentimental, los personajes se agarrarán a él con intensidad. Al final de todo, con toda seguridad nos quedará grabada la película porque no hay tramo de carretera que no nos encontremos, mientras conducimos, con una cruz repleta de flores en memoria de aquél que falleció en accidente de tráfico. 



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