sábado, 14 de mayo de 2016

Melancolía






Título original Melancholia 

Año                 2011

Duración        136 minutos

Director          Lars Von Trier

Música           Mikkel Maltha

Fotografía      Manuel Alberto Claro

Reparto          Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer

                        Sutherland, Charlotte Rampling, Alexander

                       Skarsgard, Stellan Skarsgard, Udo Kier,

                       John Hurt, Brady Corbet, Cameron Spurr, 

                       Jesper Christensen.

"Melancolía" del director Lars Von Trier, un genio para muchos y un creído para otros, uno de los pioneros del estilo Dogma 95 que promulgaba un modo de dirigir diferente sin tanto tecnicismo ni efectos especiales y cámara en mano para acercarse más a unas situaciones próximas al personaje Asimismo como la forma de rodar siempre con un material cercano a la historia que se quiere contar.En definitiva, no busca el espectáculo sino las imágenes impactantes llevadas de la mano de una historia sencilla pero retorcida al mismo tiempo.  Este estilo puede causar aversión por el movimiento de la cámara continuado, pero por otra parte da la sensación de proximidad a los personajes. De un lado, es un tipo de cine especial que gusta mucho a aquellos espectadores que se acercan con pleno conocimiento de que va a dinamitar las estructuras establecidas, por otro lado, están aquellos que lo encuentran insoportable y soporífero. Bueno, la verdad es que si quieres llegar hasta el final de la película no te va a dejar indiferente. Así sucede en(1) "Rompiendo las olas" ( 1996) una historia de amor, un melodrama que te  estremecerá el corazón;(2) "Bailar en la oscuridad" ( 2000), película considerada como obra maestra por muchos críticos y un coñazo por otros, cuenta la historia de Selma y su sensibilidad por el prójimo en una situación al borde de la ceguera o las últimas (3)"Nymphomaniac volumen I y volumen II" donde Charlotte Gainsbourg realiza un papel un tanto bestia de obsesa del sexo. Seguro que sus cintas no van a dejar indiferente a nadie: los unos porque abandonarán su visión a la primera de cambio y los otros porque se quedarán hipnotizados en la pantalla de la genialidad del cineasta.





Melancolía es el nombre del planeta que se está acercando a la Tierra de una manera sospechosa, nadie dice la verdad ni las posibilidades que tiene de chocar con nosotros, pero se intuye en el ambiente un desastre sin precedentes. Melancolía es la situación en que se encuentran los seres humanos actualmente. Los personajes están preocupados por chorradas que no van a ninguna parte, su vida depende de situaciones insignificantes. Es el momento en que la humanidad ha llegado a la estupidez más elevada, cuando aparentemente parece que han alcanzado un estado de felicidad total, un punto de bienestar supremo donde no falta de nada. La película se diseña en dos actos. En el primero, el drama se mueve en un ambiente tradicional, justo en el enlace de una pareja y el bodorrio con los familiares. Las situaciones son de bienestar total: una mansión que más bien parece un castillo con campo de golf y limosina que se queda atrancada en un camino de cabras. En ese ambiente de estado de placer se van desarrollando situaciones que dejan al descubierto las entrañas del ser humano. Ese sentimiento de satisfacción particular y personal que chirría con las situaciones tensas que se van a desarrollar. La recién casada elogiada como perfecta profesional y encumbrada como hija modélica entra en declive existencial ya sea por el planeta o porque una vez se ha llegado a la cima del bienestar no queda otra que darse la hostia y caer en picado. Por eso, se han traspasado las normas sociales y se transgreden y si se le pone a tiro un tío en medio del campo de golf, pues se lo tira sin contemplación. Al margen de los sentimientos de su futuro marido que se ha quedado abandonado. De la misma manera que en el banquete el padre ( John Hurt) de la novia se ha traído a una compañera más joven y alardeará delante de su ex-mujer ( Charlotte Rampling), la cual le rechinarán los dientes de rencor y de mala hostia y no tardará en dar un desplante. La satisfacción individual ha primado sobre los sentimientos y la sensibilidad. Mientras el meteorito parece acercarse irremediablemente como si fuera un destino divino un acontecimiento necesario para borrar de la faz de la tierra el estado demencial del humano.
El segundo acto muestra la preocupación sobre el inminente choque del planeta y el estado de las personas ante la tragedia. La obsesión de la cercanía del planeta causa desasosiego en los personajes que sienten un estado especial: desde el que piensa que allí es imposible que choque, esto no puede pasar hoy en día con los adelantos que tenemos,  hasta la obsesión del personaje que se siente atraído por ese final apocalíptico infundiéndole un estado de pasotismo como que ya ha llegado la hora de que se vaya todo a tomar por saco de una vez por todas porque una sociedad caduca no puede acabar de otra manera que con su extinción. Así las cosas, encontramos el personaje principal con complicidad con ese final de la existencia que contrasta con otros que se desesperan ante el desastre. En definitiva, la sensación de pánico de mezcla con la otra de bienestar porque ya hemos llegado demasiado lejos y no iría mal dejar a un lado la sociedad decadente para empezar de nuevo.¡ A la mierda con el puto planeta!




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(2)

                                                     
(3)


                           



      

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